viernes

Red Hotel,un relato de Alberto Maturano.



Red Hotel tiene muchas, muchas habitaciones.
Ninguna igual a la otra. Han pasado miles , sin embargo, ellos viven en forma permanente,o tienen cuartos “Vip”,y no es necesario que paguen la renta por el momento.

Otros han pasado fugazmente, sin dejar rastro alguno, y no retornaron ni por el equipaje.
Hay pasajeros que estuvieron en lugares comunes, un poco más de tiempo, pero debajo de la escalera. En una época creí que todas las habitaciones estaban llenas, y de repente me daba cuenta que tenía que ampliar el edificio.

Estudiaba al nuevo inquilino y le construía una nueva habitación, eso si, provisoria. Tal vez me decepcioné al tiempo y pensaba en desalojarlo, pero podría aparecer otra persona y ocupar ese lugar.Decidí esperar.

Pasó muchas veces, en que me encontré con cuartos vacíos en Red Hotel.
Vacíos de la gente que se había ido, y yo ni siquiera me había dado cuenta.
Los menos aún viven en esas habitaciones, incluso a algunos les tuve que ampliar el lugar, pintarlo, cambiarle alfombras, cuidarlos para que no se fueran,creo y estoy convencido que realmente valen la pena, son “clientes de lujo”.

Hubo un tiempo en que tuve que cerrar la entrada con llave, golpeaban pretendiendo ingresar, yo pispeaba por la mirilla y hacía como que no había nadie, dejaba que se fueran, no me interesaban, pensaba que las piezas estaban llenas y no tenía ganas de seguir construyendo.
Yo era el dueño inflexible en Red Hotel ,al que nada se le escapa en la administración, conocedor de todos los puestos de trabajo, desde la limpieza a la gerencia, pasando por botones, recepcionistas, cocineros, mozos…

Lo más increíble de todo es que ahora me he dado cuenta de que Red Hotel no tiene límites, que puedo agrandarlo hasta donde yo quiera. O hasta donde yo crea necesario.



Es mi amigo,mi hermano del alma,un bajista contundente,un espíritu vibrante,el Tato.
Tiempo de extrañarlo estando tan lejos, y de regocijo por estar tan cerca.
Red Hotel.
Un edificio no es más que cierta forma de música petrificada.

Ponele.