Civilización y barbarie.
Algo huele mal en Dinamarca: dos semanas atrás, una
noticia conmocionó profundamente al mundo y aún hoy
repercuten sus consecuencias. Al hacer pública una
incomprensible actitud, un diario danés publicó una
serie de caricaturas de Mahoma, el renombrado profeta
musulmán. Es útil aclarar que no fueron ni el tenor de
los mensajes que estas caricaturas exhibieron, ni el
grado de grotesco que en estas pudiera observarse, lo
que ofendió más a los adherentes a este culto.
Lo que más molestó a los musulmanes, es sencillamente
que en estas caricaturas apareciera la imagen que
representa a su principal profeta.
Diferentes adeptos a esta religión contestaron la
ofensa con marchas, disturbios callejeros, incendios
de diversa magnitud. Desafortunadamente se lamentaron
víctimas, y como ya se sabe, cundieron (y aún hoy
sucede) el pánico a escala mundial.
Haciendo un poco de historia, podemos comprender que
desde que el profeta Mahoma inicío la conversión
religiosa en medio oriente, y debido a razones que son
claramente comprensibles -entre las cuales se
encontraba el control y la conversión de los pueblos
paganos adoradores de imágenes y la unificación del
culto- fue prohibida la representación humana de los
personajes religiosos a través de cualquier medio
artístico. Toda representación icónica era penada con
la muerte. Ellos consideran que su único Dios es
invisible (Alláh) y entonces es inaudito representarlo
de cualquier manera y menos aún a su profeta que fue
Mahoma.
No está demás aclarar que ante cualquier sospecha de
idolatría en su pueblo, es considerado por ellos, un
pecado gravísimo, por lo que además al que inflingía
esta ley era tratado como un infiel y como
consecuencia se le aplicaba la pena capital.
Idéntica concepción fue la que tuvo el pueblo hebreo
en las épocas del antiguo testamento, aunque hoy ha
reformado aquel recurso tan utilizado que era la
lapidación. Esta nación también utilizaba la escritura
como una poderosa herramienta de culto.
Parte de estos conceptos son los que han servido como
cimiento a la estructura cultural del pueblo musulmán,
hoy condenado por hechos que quizás le sean atribuidos
o no. No podemos dar precisiones acerca de estas
cuestiones. No estamos aqui para ocuparnos de ese
punto.
Esta concepción sobre los íconos produjo entonces un
giro importante en la cultura de estos pueblos al
dando prioridad fundamental a la caligrafía, que sería
desde esta reforma, la piedra angular sobre la cual se
sustentaría el resto de las expresiones artísticas de
Medio Oriente.
Podremos ver en lo sucesivo, que a través de este arte
utilizado como un inteligente recurso, todos los
estilos de escritura utilizados han sido adaptados
-sin caer en la imagen propiamente dicha-, para
reproducir escenas de la vida cotidiana, figuras de
animales, o sencillamente diagramas simétricos con los
que podrían aplicarse en mosaicos para los edificios,
(tal vez de alguna mezquita) o simplemente a un objeto
de uso cotidiano.
También, y esto sirva como dato complementario, no
hace muchos años atrás, la empresa Nike había
intentado plasmar la palabra Dios, (Alláh) en
zapatillas y remeras, objetos que gracias a la
insistencia de los musulmanes, fue quitado de
circulación comercial bajo duras amenazas.
La suma de todos estas circunstancias nos deja en un
lugar de reflexión inexorable: ¿Por qué suceden estas
cosas? No son hechos caprichosos. ¿Puede que sean
hechos deliberados? Parecen, si puede opinarse a la
distancia, sencillamente irracionales.
El respeto por el arte y por la religión son dos de
las bases que la humanidad debería sostener para una
lógica convivencia.
Que un periódico, cuyo país está en el centro de un
continente donde conviven la más "excelsa
civilización", la más avanzada tecnología, una
preocupación sobrehumana por la seguridad, por la
aplicación indefectible de la ley, un desarrollo
progresivo de la cultura y el arte entre otras
ventajas para sus habitantes, no solo no parece ser
azaroso, sino también que podría ser sospechado de
inusual y extremadamente grave.
Sin lugar a dudas, lejos de allí, un pueblo sigue
utilizando a la caligrafía para rendir homenaje y dar
muestras de un sabio respeto a su Dios. Dejando de
lado los conflictos, las distancias religiosas, los
pareceres y los métodos, los musulmanes han hecho un
milagroso redescubrimiento de la imagen a través del
arte caligráfico.
No podemos dejar atrás que ellos han construido un
camino de miles de años que además ha influenciado
notablemente nuestro lenguaje nuestra escritura y
nuestras expresiones culturales han producido una
importante y exitosa transculturación en todos los
continentes de la tierra.
Si no comprendemos que su enorme apego por la
escritura y el enorme respeto por su religión ha
originado este recurso emergente tan particular como
es el del caligrama y que ese sencillo paso nos habla
de un mundo ordenado y civilizado, y si no somos
capaces de entender su enorme respeto por sus
creencias, no sabremos siquiera valorar su evolución
cultural, sus sentimientos, sus expectativas.
Luchemos entonces para que invariablemente, el hombre,
continúe su insistente camino hacia la
autodestrucción. Nuestro deseo es que este mundo se
convierta en un lugar para que sea vivido por todos
basándonos en el respeto mutuo. Esa es la clave
maestra para garantizar una convivencia pacífica para
todos.