Einstein y las minas.( Quema esas cartas)
Es importante la Relatividad?
emmm...si.
Es importante la Fìsica Cuàntica?
eehhh....tambièn.....
Basta!,es mentira,ni me interesa la Relatividad,ni la Cuàntica,ni nada.
Aca Señores lo que verdaderamente importa son las mujeres!!!!. Y de eso se trata queridos,de lo que escribìa Alberto ( el me permitìo llamarlo de esa manera) ,en sus cartas que luego de la muerte de su hija,(20 años despùes,por su expreso pedido),han visto la luz pùblica.
Aqui algunos aspectos de las mismas. Imperdibles. Einstein: Marido, amante y padre Su correspondencia aclara la vida personal del científico A lo largo de casi 3.500 páginas, la correspondencia incluye cartas para (y de) su primera y segunda esposa, así como a sus hijos, y abarca un período que va de 1912 a 1955. Einstein escribió cartas casi diariamente a su segunda esposa Elsa y a su hija Margot, mientras se encontraba lejos de casa, y en ellas relataba como daba o asistía a charlas aburridas, tocaba música con sus amigos o intentaba dejar de fumar. Sin embargo, el aspecto más impactante de su correspondencia es el modo en que Einstein hablaba abiertamente de sus aventuras extramaritales con Elsa y Margot, relatando como su mujer era reacia a aceptar la situación. Acerca de sus cartas de amor: A pesar de declarar en una carta que “debo buscar en las estrellas lo que se me niega en la Tierra”, parece que mientas buscaba en los astros, en realidad encontró lo que buscaba aquí abajo. En 1923, se enamoró de la joven sobrina de un amigo que se había convertido en su secretario, y Einstein hizo lo imposible por integrarla en su vida familiar. Entre mediada la década de 1920 y su emigración a los EE.UU. hubo otras mujeres en la vida personal de Einstein: una Margarete, una Estella, una Toni, otra Toni adicional y Ethel compartieron con Einstein el placer de navegar, la lectura, asistir a conciertos y demás. A lo largo de sus cartas se hacen referencias a mujeres, a menudo con la premisa de que deseaban darle caza, y que le colmaban con afectos “no deseados”. Una carta a su mujer Elsa dice: “La Sra. M definitivamente actuó de acuerdo a la mejor de las éticas judeo-cristianas: 1) uno debe hacer aquello que le gusta y que no hace daño a nadie más; y 2) uno debe reprimirse de hacer aquello que no produce placer y que molestaría a otra persona. A causa del punto 1) estuvo conmigo, y por el punto 2) no te comentó ni una palabra. ¿Acaso no es esto irreprochable? En una carta a su hijastra Margot, escrita en 1931, Einstein le hace esta confidencia: “Es cierto que la Sra. M. me siguió [a Inglaterra] y sus intentos por cazarme están escapando a su control…” Tras la muerte de Elsa, Einstein quiso que sus mensajes fueran entregados a una cierta Margarita (conocida hoy en día como la amante espía rusa de Einstein) pasando a través de las manos de su hija Margot: “Te adjunto una pequeña carta para Margarita, de este modo evito los ojos indiscretos y chismosos…” La carta a Margarita, sobre la cual había revelaciones anteriores, no está incluida en la colección. El mazo de cartas también trata con un buen número de otros asuntos de la vida de Einstein, incluyendo la historia completa del dinero del premio Nóbel, su relación con su hijo e hijastra, y sus pensamientos sobre la relatividad. Acerca del dinero del Premio Nóbel: A pesar de los informes que afirmaban que Einstein transfirió el dinero directamente a Suiza siguiendo un acuerdo de divorcio por el cual asignaba ese dinero a su primera esposa Mileva, estas cartas revelan que en lugar de eso, invirtió la mayor parte en los Estados Unidos, gran parte del cual perdió durante la Gran Depresión. Acerca de su hijo: Einstein dedica una particular atención a su relación con su hijo Eduard. Einstein encontró difícil de aceptar la esquizofrenia de su hijo, y en más de una ocasión expresa la idea de que habría sido mejor que Eduard no hubiera nacido. Acerca de su hijastra: En una carta a Elsa, fechada en 1924, Einstein dice: “La quiero [a Margot] tanto como si fuera mi propia hija, tal vez incluso más, ya que quién sabe en que clase de malcriada se habría convertido [de ser yo su padre].” Acerca de la relatividad: En una carta a Elsa, fechada en 1921, Einstein admite: “Pronto me hartaré de la relatividad. Incluso algo así pierde interés cuando uno se involucra demasiado…”
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